Aprender inglés a temprana edad es posible de manera natural y cotidiana. Debido a que la didáctica del idioma se ha adaptado a los primeros años de forma lúdica y pedagógica.
La razón de la inclusión del idioma inglés en el preescolar, si bien es reciente, se debe al descubrimiento de la facilidad de los niños en todo aprendizaje y, en particular, de una segunda lengua. Para conocer sobre este y otros beneficios, ¡sigue leyendo!
¿Realmente existe una edad para aprender inglés? Los niños están en pleno proceso de aprendizaje de muchos saberes y experiencias. El cuerpo está predispuesto a los estímulos y conocimientos del mundo.
Aprender un idioma beneficia el funcionamiento del cerebro. Se logra una mayor agilidad mental que, a la larga, facilita el aprendizaje de otros idiomas y conocimientos.
También se ha comprobado que iniciar en una edad temprana con juegos, canciones y asociaciones visuales facilita más adelante los procesos de aprendizaje.
Aprender inglés no solo otorga conocimientos de este idioma. Al ser una lengua, sus propuestas tienen que ver con la oralidad, comprensión lectora y producción escrita. Entre estas habilidades también aporta a la comunicación.
Por todo ello, podemos decir que mejora el rendimiento académico. Aprender un idioma desarrolla capacidades, sobre todo lingüísticas y comunicativas, que también aportan al desarrollo infantil.
Una de las razones para anticiparse en la enseñanza del idioma tiene que ver con su impacto en la vida social y, sin duda, con la importancia del inglés.
Se observaba la dificultad de los niños al desconocer el inglés por no vivirlo de manera cotidiana. En la actualidad ya están familiarizados con vocablos y expresiones anglosajonas.
Las personas que aprenden inglés a temprana edad tienen mayor facilidad para incorporar el idioma de manera académica. También podrán alcanzar un nivel especializado que será útil en un futuro entorno laboral.
Ocurre que a medida que van creciendo se van encontrando con el inglés en diferentes oportunidades y entornos.
Esto permite que puedan tener mayores oportunidades en la vida adulta, pues ya están familiarizados. Ven el inglés como cotidiano y, en algunos casos, lo incorporan como una segunda lengua.
A temprana edad la expresión más precisa es que los niños adquieren el idioma. Es decir, sin darse cuenta. En este sentido, la aplican con facilidad, sin traducir o pensar la equivalencia.
Esta es la forma en que se da el aprendizaje de una lengua madre, que surge del vínculo y del uso cotidiano, en aquello propio de la niñez. Por ello es tan beneficioso el contacto con el inglés lo más pronto posible.
Piensa que para un niño es difícil concebir que existen distintas culturas más que la suya. Sin embargo, un idioma es la puerta para abrir el camino al descubrimiento de otras formas de ver la vida.
Cuando se aprende inglés en la niñez, se descubre que existen muchas maneras de expresarse. Si consideramos que los vocablos de un idioma no siempre tienen equivalente en otro, se expande la capacidad de análisis, comprensión y aceptación de otras culturas.
Por otra parte, aprender un idioma extranjero en la juventud, puede alentar el deseo de viajar por el mundo y conocer nuevos lugares.
Aprender inglés desde temprana edad permite al niño una mayor comprensión de ese mundo que habita con otros.
Aprender inglés a temprana edad tiene muchos beneficios. Facilita el aprendizaje, mejora el rendimiento de otros conocimientos, permite habilidades comunicativas y el respeto por otras culturas.
Desde mediaciones propias de cada edad, por ejemplo, con el juego, las canciones y el desarrollo sensitivo en temprana edad, el inglés se aprende naturalmente.
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