Una persona políglota es capaz de hablar, entender y usar más de tres idiomas con fluidez. Esta capacidad te da grandes ventajas: se amplía tu aplicación laboral, tienes mayores oportunidades de estudio y viajar por el mundo con seguridad.
Richard Simcott es un referente políglota que habla más de 16 idiomas con fluidez y ha aprendido más de 50. Su recomendación principal es fijarte un objetivo, en otras palabras, saber por qué quieres aprender determinado idioma.
Por otra parte, existen múltiples metodologías de aprendizaje disponibles en el mercado. Lo que Simcott sugiere es prestar atención a la técnica que te resulta significativa. Es decir, aquella que te parezca interesante y te enganche.
Y es que, muchas personas que aprenden un idioma con éxito es porque perciben el aprendizaje como una nueva oportunidad para, por ejemplo, conseguir una mejora a nivel laboral o como una forma eficiente de poder desenvolverse cuando se mudan a otro país.
Acá te dejamos 5 claves para convertirte en políglota.
#1 Prepárate para cometer errores
¿De qué sirve aprender la teoría si no la pones en práctica? Anímate a expresarlo con las limitaciones que tengas. Existe la creencia de que los niños aprenden más fácil otro idioma.
Según Matthew Youlden, asesor lingüístico que domina nueve idiomas, esto es relativamente cierto. Desde su entender, se trata más bien de habilidades que como adultos vamos perdiendo, una de ellas es la espontaneidad en la comunicación.
De acuerdo a lo que expone, los niños tienen poca inhibición al hablar, no se preocupan tanto por cometer errores y en los juegos el aprendizaje se da de forma fluida. ¡Hay que superar el miedo!
Es natural sentir pena, especialmente con hablantes nativos, pero practicar es la mejor forma de identificar qué área debes mejorar. Lo primero es lograr que te entiendan, a pesar de los errores en la pronunciación y gramaticales.
#2 Empieza por las frases básicas
Al inicio, lo usual es aprender a presentarse e interactuar. Si quieres aprender un idioma con fines comerciales, debes usar expresiones formales, pero si deseas interactuar socialmente, por ejemplo, es mejor ser cordial pero informal.
Lo mismo ocurre si vas a viajar. Debes aprender frases básicas para poder ubicarte, pedir información de hoteles, sitios de comida, transporte o el costo de algo.
#3 Consigue un amigo que sea hablante nativo
Hoy en día es muy común tener amistades y familiares en varias partes del mundo. El intercambio de idiomas en este contexto es ideal, ya que la forma de interactuar resulta más agradable y cercana; por tanto, aprenderás más fácilmente.
Además, ese conocido puede incluirte en conversaciones con hablantes nativos, lo que te ayudará con la gramática; así como la estructura de las oraciones o la mejor palabra a usar según el contexto (dichos coloquiales o palabras técnicas).
Si te inscribes en un curso de inglés, practicar con estudiantes de intercambio del idioma de destino también es de mucho provecho, porque se ayudarán de manera recíproca.
#4 Utiliza recursos y apoyo extra
Hay tantos métodos de aprendizaje como habilidades e intereses. Cada persona responde con mayor o menor motivación ante diferentes métodos. Por eso, lo primero es averiguar e identificar qué funciona para ti.
Si eres amante de la lectura, de seguro irte por el género o materia de tu preferencia en el idioma objetivo será un gran apoyo. Incluso hay políglotas reconocidos que comparten sus propias técnicas.
En Harmon Hall puedes reforzar el contenido a través de clases privadas con profesores nativos y entrar a salas conversacionales para mejorar la fluidez.
Además, cuentas con un curso de especialización, si lo que deseas es reforzar y mantener la fluidez del idioma.
Si deseas tomar clases de inglés presenciales o en línea, tienes disponible un test para conocer tu nivel de inglés al momento.
#5 Práctica y más práctica
Un idioma no se puede aprender únicamente leyendo y escuchando, sin un objetivo claro. Cada quien tiene su propio contexto de lenguaje y para desarrollarlo necesita apropiárselo.
Para ello, es importante que cada idioma que vayas a aprender tenga un propósito. Por ejemplo, deseas aprender inglés porque entre tus metas laborales está ser programador para una empresa en EE UU.
También vas a aprender alemán porque tienes una relación sentimental con una persona nativa. Digamos que en sus planes está ir a pasar una larga temporada con la familia y deseas desenvolverte con naturalidad.
Una excelente manera de practicar es seguir a medios de información internacionales para revisar contenido multilingüe en noticias, podcasts y videos.
Otra manera muy agradable de aplicarlo a tu rutina es prestar atención a la letra de tu música favorita en el idioma que buscas aprender. Incluso, hacer pequeñas tareas diarias. Por ejemplo: lista de compras o la planificación de la semana.
Aprender cualquier idioma es posible en la medida que el estudiante pierda el miedo a equivocarse durante su aprendizaje. Esa fue una de las claves que pudimos entender hoy. Y es que si algo nos ayuda a ser mejores es poner en práctica lo aprendido, sin menospreciar que estés comenzando.
También ayuda mucho enfocarse en el ámbito en el que desarrollarás el idioma. Te permitirá manejar un vocabulario orientado a ello.
Sea de manera virtual o presencial, con Harmon Hall tienes la oportunidad de aprender de acuerdo a tus intereses y nivel de dominio del idioma.